La Compañía del Salvador es un instituto femenino de derecho pontificio, de marcado carácter cristocéntrico, según el espíritu de San Ignacio de Loyola.

Tiene por lema la mayor gloria de Dios, porque, a imitación de Cristo y en unión con Él, está consagrado al amor, adoración, servicio y fiel cumplimiento de la voluntad del Padre Celestial.

Con el propósito firme de hacer de Jesucristo el centro de su vida y de su amor, las religiosas de la Compañía procuran imitarle atendiendo no solo a la propia salvación y perfección, sino también, con la gracia divina, procurando ayudar a la salvación y perfección de los prójimos, tal y como se lee en el n.3 de las Constituciones de la Compañía del Salvador.